Buonaffina: una familia con tradición cafetalera
Padre e hija coinciden en las perspectivas promisorias del café y en que más allá de los proyectos a desarrollar a partir de la nueva variedad,..
Es necesario rescatar la importancia de su cultivo y del trabajador del campo: “El café significa muchísimo para Venezuela, no sólo desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista social. Del café dependen miles de familias, en la limpia, en la recolección, en el transporte, todas ellas dependen del cultivo del café y, por si fuera poco, el café es una planta extraordinariamente conservacionista porque nos conserva el suelo, las aguas y la fauna, de allí la importancia de ese cultivo que ha significado para mi la vida”, enfatiza el Ing. Buonaffina.
Y es que ciertamente, lo que en 1958 comenzó como una ilusión para el recién graduado agrónomo Buonaffina, décadas después y con todo lo vivido durante 94 años, a aquella ilusión de juventud se suma el deseo de dejar un legado no sólo para su familia, sino también para los agricultores y el mundo del café venezolano: “todo se ha hecho porque sentimos una pasión por el café, es una satisfacción grande para mi poderle dejar una huella en el pueblo donde vivo, porque no se puede pasar por la vida sin dejar uno el rastro por donde uno ha pasado. Yo ahorita estoy viviendo la etapa final de mi vida con mucha satisfacción, con mucho entusiasmo, porque estoy sintiendo que estoy haciendo algo útil para esta región que todo lo merece”.
Una huella que, sin duda, desde ya quedará registrada para la historia de este rubro en Venezuela, donde el agrónomo Gustavo Buonaffina echó sus raíces y ha cultivado con sus propias manos cafetales enteros hacia el oriente venezolano y ha dejado sembrado para las próximas generaciones de venezolanos, mucho más que una semilla de café.